No es secreto, pero una vez que estás en este jardín, es fácil sentirse lejos del resto del mundo. Se trata de un original proyecto cultural ubicado junto al antiguo Monasterio de San Salvador de Oña, donde se alternan los jardines benedictinos y las cuevas que frecuentaban los monjes, con una serie de obras escultóricas de artistas contemporáneos independientes.
Estas obras van rotando cada año, así que la visita al jardín es siempre diferente.
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