Adentrarse en la selva de Irati es darse un baño de naturaleza con mayúsculas, porque estamos ante uno de los hayedos-abetales más grandes y mejor conservados de Europa.
Una inmensa masa verde -17.000 hectáreas- que se extiende, principalmente, entre los valles navarros de Aezkoa y Salazar, y, en menor medida, los franceses de Cize y Soule y en otoño no tiene rival. Para disfrutarlo hay numerosos senderos que permiten descubrir su gran riqueza medioambiental, en el que conviven ciervos, corzos y jabalíes con especies ornitológicas excepcionales, como el pico negro y el dorsiblanco.
Dos son los accesos principales a la Selva de Irati: Orbaizeta, en el valle de Aezkoa, y Ochagavía, en el valle de Salazar. Ambas localidades a poco más de una hora en coche desde Pamplona.
¿Qué puedes hacer?
Desde Orbaizeta, tomar alguno de los senderos que parten del punto de información de Arrazola, del aparcamiento junto a la presa del embalse de Irabia, de la Fábrica de Armas o del Refugio de Azpegi.
Desde Ochagavía, los que se inician en el centro de acogida Casas de Irati o el Centro de Montaña Irati-Abodi.
Recorrer alguna de sus 16 pistas de BTT, que suman 400 kilómetros
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